viernes, 30 de mayo de 2008

www.llamalocomotedelagana.com

-Hola, ¿es aquí donde se pide número para que te ilusionen un poco la vida?

-No, aquí sólo se viene a follar. Eso son mariconadas y aquí maricones no tenemos

Aaah!, vale!, que me he confundido y esto es una página de lesbianas!

4 comentarios:

Joserra busca su sitio dijo...

Esta página no existe... Puta!
Aquí el que no corre, vuela.

AOG dijo...

Los que somos maricones la expresión "mariconadas" nos parece una manera de opresión por parte de la sociedad.

El Señor Guayo dijo...

Querido Ynot, ha debido leerme usted poco en otras de mis entradas para no percatarse de que yo tambien soy maricón y de la ironía que pretende desprender la entrada en la que usted me postea. No obstante le diré que yo no me siento oprimido por esa clase de comentarios porque no oprime quien quiere sino quien puede. Y sí, las mariconadas existen, y son comportamientos con los que no por ser maricón tengo por qué sentirme identificado ni comparto siempre. Pero le agradezco el comentario y la observación no obstante, así como le invito a leer el resto de mis post que no pretenden sino hacer un poco de risa sobre la vida en general y sobre todo reírme de mí mismo el primero en particular. Espero que sepa usted entenderlo. Un abrazo

AOG dijo...

Es cierto que oprime quien puede, y quien quiere y por alguna razón, me he dado cuenta que en España las palabras derivadas de la sexualidad no hetera son negativas. Maricón; mariconada; mariconez; nenaza; guirigay; sarasa y no olvidemos el tan célebre "Que te den por..."

En fin. Estoy muy al tanto de que, por ejemplo, en más de una oficina se escucha aquel "tío eres un maricón" espetado con amor o con cabreo según se de la situación, pero que en cualquier caso no es una palabra fina, ni sofisticada, y que, por desgracia, aunque no dañe en sí, el hecho de que exista y siga vigente daña mucho más de lo que uno pueda pensar.

En otros países, este tipo de palabras, aunque se escuchan, estan de capa caída pues se entiende que esos comentarios ya no tienen lugar en este siglo. Y hablo de países donde el matrimonio homosexual es poco más que una quimera.

Que aquí, precisamente, se sigan utilizando estas palabras, me parece incoherente además de equivocado. Me avergüenza no el que la pronuncia, sino el que la palabra aún esté en boga.

Le agradezco en cualquier caso la respuesta (concisa), la aclaración (innecesaria) y el bocado filosófico de su comentario (sutil).

He leído un poco más del blog, y espero hacerme asiduo. Igualmente le invito a hacer lo mismo con el mío.

Un saludo, un guiño, y una barra de chocolate Cadbury's