viernes, 30 de mayo de 2008

A mi padre nunca le han dedicado un libro, ni ha tenido su minuto de gloria en ningún sitio. Probablemente su vida daría para hacer una peli, pero es un tío discreto, que vive a lo suyo, que es feliz con lo poquito que tiene. Que no ha perdido la sonrisa cuando atiende a sus clientes por muchos palos que se haya llevado (y perder un hijo es lo más bestia que le puede pasar a nadie).

No tengo orgullo suficiente para que mi padre quepa dentro de él, pero cosas como las que escribió ayer Joserra hacen que el orgullo sea todavía más grande.

Gracias, caballero

Se cambian novelas, por Joserra López

1 comentario:

Joserra busca su sitio dijo...

Ya ves tú, si tampoco es para tanto, que son cuatro líneas!!.
Pues por eso... porque nunca pierde la sonrisa, tonto!